martes, 8 de agosto de 2006

Un Sanguche

Bajando, a la izquierda, si caminan 7 mts 29 cm, esta el local de los quemados. Ahí mismo si vas con 3 pesos con 50 te podes hacer acreedor de un sanguche como el que me acabo de comer.
Y realmente tiene de todo, es increíble solo verlo. Uno llega a creer que el espacio entre 2 panes puede llegar a contener el universo.
Allí mismo puede estar todo.
Teniendo el coraje de retirar suavemente el pan superior que sirve de cubierta quizás uno pueda ver la estacion de oncer llena de gente como hormiguitas, la autopista Buenos Aires - La Plata, la ciudad desde lo alto, y mas al costadito, la mismísima selva misionera...
Y eso que yo lo pido de vacío. Pero mas allá de las sutiles diferencias que puede haber entre uno de los que llaman "de vacío" o de los que llaman "de mila" o el limitado etcétera de que consta la lista que, con alguna presunción, alguno puede llamar menú, básicamente todos los modelos alojan todos los sabores. Todos y cada uno de esos sangunches, si se puede, son infinitos.
Yo hace escasos 30 minutos, estaba ahí y retiraba el mío, perfectamente envuelto en papel, metido, no sin delicadeza, en una bolsita de plástico.
Volví, subí las escaleras, tome la llave de la 8 del tablero y me encamine por el pasillo como si todo fuese parte de un ritual. Me senté en una silla, con la bolsa apoyada sobre el escritorio, y disfrutando del momento como si toda una vida, o varias vidas, lo hubiese estado esperando.
Ahora ya pasó, seguramente otro día se repita.
Pero no podía dejar de tomarme unos minutos, como quién fuma un pucho, para recomendarles que vayan. Y compren un sanguche en Los Quemados.
Ya saben, bajando, a la izquierda... mas o menos 7 metros y un poquito.

0 comentarios:

Publicar un comentario